¿Deseando que llegue ya el verano para irte de vacaciones? ¿Has pensado llevarte contigo a tu perro o gato? A continuación te damos algunos consejos para que puedas empezar a acostúmbralo al transportín.
¡No esperes al último momento! Las prisas nunca son buenas consejeras.
¿Cómo enseñar a nuestro perro o gato a viajar en transportín?
Esta pregunta tiene dos posibles respuestas según las experiencias previas de nuestro pequeño. ¿Será su primer viaje en transportín? ¿Has utilizado alguna vez una jaula en casa para tenerlo controlado? ¿Ha tenido alguna mala experiencia anteriormente?
No podemos trabajar igual con animales que no saben aún lo que es un transportín que con los que ya tienen asociado el transportín con una experiencia negativa… Si el animal aún no sabe lo que es un transportín con un poco de paciencia no debería ser demasiado complicado. Sin embargo, si ya ha tenido malas experiencias la situación se complica un poco más y -según el nivel de miedo- podría ser recomendable que buscarás ayuda profesional para trabajar correctamente.
Si nunca ha usado transportín, tan solo necesitamos que nuestro peque asocie el transportín con cosas positivas. Empieza por colocar el transportín (sin puerta) cerca de sus sitios favoritos y fomenta su curiosidad por este nuevo objeto añadiendo dentro aquellas cosas que más le gusten (comida, juguetes, etc…).
En los siguientes días, cuando el animal no esté mirando, aprovecharemos para dejarle dentro alguna sorpresa agradable. ¿Sabes ese momento en que vamos a la nevera a ver si -por arte de magia- se ha creado por regeneración espontanea una pizza, un helado o cualquier cosa que sabemos perfectamente que no hemos comprado? ¡Pues esta caja es tan guay que tiene ese poder! O eso es lo que debe pensar nuestro peque.
Varios días después, cuando ya el animal sea capaz de entrar sin miedo y pasar tiempo dentro del transportín, colocaremos la puerta (sin llegar a cerrarla) y esperaremos a que se acostumbre a este nuevo objeto.
La siguiente fase será acostumbrarle a pasar varios minutos dentro encerrado, pero asociando siempre ese momento con algo positivo. Una buena opción es añadir dentro el kong relleno de comida o algún palito masticable. Después de varios minutos le abriremos la puerta, intentando que sea antes de que se termine el premio para que no llegue a agobiarse y a querer salir.
Una vez hayamos conseguido que pase tiempo dentro del transportín con la puerta cerrada, la siguiente fase que no debemos olvidarnos es enseñarle que esta caja mágica también puede moverse y que sigue sin ser nada malo. Para ello, empezaremos a levantar el transportín del suelo y a cambiarlo de sitio mientras nuestro peque está con su juguete/premios dentro. Empieza por desplazamientos muy breves y evitando hacer movimientos bruscos.
¿Qué pasa si mi perro o gato ya le tienen miedo al transportín?
Si estamos ante un caso en el que el animal ya le tiene miedo por malas experiencias o el animal (aún sin conocer lo que es un transportín) no se atreve a entrar, podemos empezar por abrir el transportín por la mitad (si es de los desmontables) y colocar dentro alguna manta donde el animal suela dormir para que se acostumbre a usarlo como cama.
Recuerda: ¡Nunca lo fuerces a entrar al transportín! Lo único que conseguirás con esto es que tenga más miedo al transportín y dañar tu vínculo con él.
De todas formas, recuerda que los profesionales estamos para ayudar. Si ves que tu perro o gato no termina de fiarse de esa caja rara o ya ha tenido muy malas experiencias con los viajes en transportín, podría ser necesario un acompañamiento profesional más cercano. Pregúntale a tu veterinario por un profesional de confianza con el que puedas trabajar.
Si estás pensando irte de vacaciones con tu perro a una zona de playa tal vez pueda interesarte este otro artículo: