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Seguro que más de uno ha puesto cara de poker al leer la palabra etología. La verdad es que no es una palabra muy habitual fuera del ámbito profesional, así que vamos a intentar aclarar esas dudas.

¿Qué es la etología?

La palabra etología tiene origen griego (ethos = costumbre + logos = estudio/ciencia), y consiste en la rama de la biología que estudia el comportamiento de los animales. Abarca tanto las conductas innatas como los componentes adquiridos mediante el aprendizaje, e investiga todos las facetas del comportamiento. Un ejemplo que seguro que muchos tienen ahora en la cabeza sería la película «Gorilas en la niebla«, que cuenta la historia de la zoóloga Dian Fossey que viaja a África para estudiar la vida de los gorilas.

Pero, sin duda, el nombre que no podemos dejar de mencionar es el de Konrad Lorenz. Considerado uno de los padres de la etología, recibió en 1973 el Premio Nobel de Medicina por sus estudios sobre los modelos de comportamiento individual y social, así como su descripción del término impronta. A raíz de este premio, la etología empezó a considerarse una rama de la ciencia por pleno derecho, y empezaron a desarrollarse muchos otros estudios y teorías, hoy totalmente consolidadas en la ciencia moderna.

¿Qué es la etología clínica?

El término se utilizó por primera vez en 1969, en un artículo publicado en la revista British Veterinary Journal, y hacia referencia al estudio de los cambios de conducta que pueden ser consecuencia de enfermedades y que tienen interés diagnóstico.

Si sumamos los conocimientos del comportamiento animal (etología) y los conocimientos de la medicina veterinaria, podemos diagnosticar alteraciones del comportamiento y establecer pronósticos y tratamientos, o incluso realizar cambios en el entorno del animal para prevenir la aparición de futuros problemas de conducta. Esto es lo que se conoce como etología clínica o medicina del comportamiento, considerada una especialidad de la medicina veterinaria.

Los tratamientos de etología clínica se sustentan en cuatro pilares:

  • El enriquecimiento ambiental, que consiste en cambiar las características del hábitat del animal acorde con sus necesidades específicas como especie para garantizar su adaptación y bienestar.
  • La modificación de conducta (o psicoterapia), que consiste en la aplicación de técnicas basadas en el aprendizaje para modificar el comportamiento, para enseñarle una nueva forma de comportarse.
    La psicofarmacología, que consiste en el empleo de productos para favorecer el cambio de conducta incluye el uso de ansiolíticos, antidepresivos, estimulantes del SNC, hormonas, feromonas, etc.
    El tratamiento quirúrgico. El más común es la castración, que puede estar recomendada en algunos casos de agresividad.

– Es importante señalar que en la mayoría de los problemas de comportamiento el tratamiento incluye la combinación de varios de éstos elementos para obtener mejores resultados, siendo los más importantes el enriquecimiento ambiental y la modificación de conducta.

El mundo de la etología clínica es muy amplio y apasionante, sobre todo para los que amamos a nuestras mascotas, así que hemos creado la categoría «Eto-qué?«, donde poco a poco iremos explicando los entresijos de esta especialidad. ¡No olvides plantearnos las preguntas que tengas!

Mientras tanto, nos despedimos con una preciosa frase de nuestro padre, K. Lorenz: «El vínculo con un perro es el más duradero de esta tierra«.

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