El miedo a los fuegos artificiales, a los petardos, o a los ruidos fuertes en general, es bastante frecuente en nuestros animales. Entender el origen de este miedo es fácil si nos ponemos en su piel por unos segundos. El miedo es una reacción natural de supervivencia. Todos salimos corriendo a refugiarnos bajo algún toldo cuando empieza a llover, y pocos nos atrevemos a salir a la calle cuando empezamos a escuchar truenos. Nuestros animales no entienden que esos ruidos tan fuertes que hacen vibrar las ventanas y esas luces en el cielo no son otra cosa que nuestra forma de festejar algunos acontecimientos. Su instinto les avisa que algo peligroso puede estar pasando y deben esconderse para protegerse. El problema se agrava cuando el animal no sabe gestionar esas situaciones o las gestiona de una manera incorrecta.
¿Cómo podemos saber si nuestros animales están gestionando correctamente un episodio de ruidos fuertes como una noche de fuegos artificiales?
Sólo debemos observarles con atención y responder a unas simples preguntas: ¿Qué hace cuando empiezan los fuegos artificiales? ¿Cuánto tiempo tarda en volver a ser “el mismo de siempre”? ¿Algunas veces empieza a ponerse nervioso incluso antes que empiecen a sonar los fuegos artificiales?
Como hemos comentado, es normal que nuestro perro o gato (o cualquier otro animal) se asuste ante el sonido de un petardo. Lo que no es tan normal es que pasadas unas horas, o incluso días, siga atemorizado o alerta por si suena otro.
El tiempo que tarda un animal en recuperarse de un estímulo adverso es uno de los factores claves para clasificar un comportamiento como reacción de miedo o como fobia.
El miedo es natural y adaptativo; la fobia no lo es. Un animal con fobia no es capaz de analizar una situación para gestionarla correctamente. No piensa, sólo actúa. Por esto, muchas veces los veterinarios nos encontramos con urgencias por «accidentes domésticos» o atropellos, por animales que han saltado por la ventana o el balcón, o que han salido huyendo despavoridos durante los fuegos artificiales.
La parte positiva de todo esto es que disponemos de muchísimas herramientas para ayudar a nuestros animales a controlar o eliminar esa fobia. Para ello debemos contactar con un especialista en etología clínica para que evalúe a nuestro animal y adapte la terapia a nuestras necesidades, ya que en los casos más graves puede ser recomendable utilizar medicación para controlar la ansiedad durante los fuegos artificiales.
El tratamiento de fobia a ruidos tiene dos vías o fases de actuación. La primera tiene como objetivo disminuir las respuestas fóbicas o, dicho de otra forma, hacer que “dejen de tener miedo”. Siguiendo unas pautas de manejo sencillas y realizando lo que se conoce como un programa de desensibilización a ruidos, en unos meses podemos observar grandes mejoras en gran parte de los animales. La segunda tiene como objetivo ayudar al animal a gestionar correctamente estos episodios. Siguiendo algunas simples indicaciones podemos hacer que nuestro perro o gato no lo pase tan mal mientras duren los fuegos artificiales, y que su recuperación posterior sea más rápida.
Entonces, ¿qué hago cuando empiecen los fuegos en los próximos días?
A continuación os explicamos 5 pasos fundamentales para ayudar a nuestros animales las noches de fuegos artificiales:
1. Revisa el entorno, cierra puertas y ventanas
Lo primero que haremos es preparar nuestra casa antes de que empiecen los fuegos. Para ello cerraremos todas las puertas y ventanas, y bajaremos las persianas, intentando insonorizar lo máximo posible la casa. A parte, nos ayudará a evitar posibles fugas por el pánico.
2. Crea un refugio o zona segura
También podemos facilitarle una zona privada a nuestro perro donde pueda esconderse. Suele ser muy efectivo colocar su transportin cubierto de mantas, a modo de cueva, en la zona más tranquila de la casa. No debemos forzar al perro a estar dentro. Si durante los fuegos, el perro se siente más seguro a nuestro lado debemos permitírselo. No es necesario consolarlo verbalmente, tan sólo nuestra compañía le ayudará a sentirse más protegido.
* Para ayudar a crear este entorno seguro podemos ayudarnos de algunos productos como los difusores de feromonas o aromaterapia.
3. Pon música
Cuanto más “ruido” haya dentro de la casa, menos percibirá el ruido exterior. A parte, hay varios estudios que han demostrado que escuchar música ayuda a relajarnos, tanto a nosotros como a los animales.
4. Ten preparado algún juguete divertido
Podemos darle algún juguete interactivo que le mantenga entretenido mientras duren los fuegos. Puede servirnos cualquier juguete que pueda morder o juguetes huecos para rellenar de comida.
5. Sal a dar un paseo relajante
Por la tarde, antes que empiecen los fuegos, sal a pasear con tu perro y llévalo por zonas donde pueda olfatear cosas interesantes. Como sabes, el sentido del olfato está muy desarrollado en el perro, les encanta seguir el rastro de olores nuevos, y es una conducta que les relaja bastante.
A la mañana siguiente, cuando ya haya pasado “la tormenta”, volveremos a dar otro paseo relajante permitiendo que olfatee tanto como quiera. Muchos perros tardan unos días en recuperarse de esta mala experiencia. Si muestran miedo a salir a la calle no debemos forzarlos, llegaremos hasta donde ellos se vean capaces.
Para terminar… un pequeño regalo
Para facilitarte la logística, a continuación pueden ver mi “checklist” para comprobar que no se nos olvida nada antes de que empiecen a llegar los invitados a la fiesta. Hemos dejado un apartado para poner el número del veterinario, porque siempre es bueno tenerlo a mano por lo que pueda pasar… A parte, también hemos dejado una línea en blanco, por ejemplo, para aquellos que tengan que tomar medicación esa noche. ¡Podemos colocarla en la nevera para que no se nos olvide nada!
¿Tu perro tiene un problema de comportamiento?
Los artículos de este blog tienen el objetivo de ayudar a las familias en la tenencia responsable y el bienestar de sus animales. Sin embargo, no sustituyen el asesoramiento individual y el trabajo en manos de profesionales.
La lectura de cualquier artículo de difusión no debe ser sustitutivo de una consulta de etología clínica y la implantación de un tratamiento adaptado a un diagnóstico. En caso de que tu animal tenga un problema de comportamiento te recomendamos encarecidamente que pidas ayuda a un veterinario especializado en medicina del comportamiento.