Uno de los aspectos más importantes cuando nos adentramos en el mundo de la educación canina es el lenguaje canino. Sin duda, para poder enseñarle cualquier cosa a nuestros perros, primero debemos ser capaces de comunicarnos con ellos de forma adecuada. Aunque no es comparable a estudiar Chino o Alemán, el lenguaje canino tampoco es algo que podamos tomarnos a la ligera. Como con cualquier idioma, es necesario tiempo y mucha práctica (observación en nuestro caso) para poder comprender los entresijos del lenguaje canino. [Prometo hacer otra entrada hablando más en profundidad de este tema]
Seguro que más de uno tiene el típico libro de bolsillo que vino de regalo con alguna revista de viajes, en plan «Guía para sobrevivir a un viaje a Alemania. Aprende lo imprescindible en 5 minutos.» ¿y si existiera algo así para entender a tu perro? Pues aunque no te lo creas, ¡si existe!, y se llama «El lenguaje de los perros. Las señales de calma«. La educadora, Turid Rugaas, ha conseguido resumir en apenas 50 páginas un aspecto fundamental en el lenguaje de los perros, las señales de apaciguamiento.
Pero, ¿qué es eso de las «señales de apaciguamiento»?
Las señales de apaciguamiento (término utilizado en biología) son las señales corporales que muestran los animales (humanos incluidos) para, como bien dice el término, apaciguar a otros congéneres, sobre todo en situaciones en que el individuo se encuentra ante una amenaza. Por tanto, las señales de apaciguamiento son parte del lenguaje corporal incluido dentro del patrón de conducta defensivo.
Estas señales ayudan a disipar la tensión durante los conflictos, ayudando a su vez a mantener una cohesión social estable dentro del grupo. Para las especies gregarias, en las que nos incluimos nosotros y los perros, evitar y anticipar conflictos es más importante que realmente «ganar» un enfrentamiento. Ya que las consecuencias negativas de llegar a un conflicto pueden ser devastadoras.
Turid Ruggas publicó, en 1997, un libro que hablaba de la existencia de estas señales en nuestros perros, pero bautizándolas como «señales de calma», un término mucho más coloquial y cercano. No es que ella fuera su descubridora, como he llegado a escuchar alguna vez, pero sí que no podemos quitarle el mérito de haber contribuido enormemente a su difusión fuera del mundo académico.
Entonces, ¿para qué sirven las señales de calma?
Si reflexionamos un poco, veremos que esta manera de comunicarse forma parte de un lenguaje universal que nosotros conocemos bien, nacemos con él pero cuando comenzamos a hacer uso de las palabras, no somos tan conscientes de estas señales. ¿O sí? Vamos a poner un ejemplo. Te diría que cerraras los ojos, pero si lo hicieras no podrías seguir leyendo esto, así que lee pero intenta imaginarte la siguiente situación:
«Son las 1.00 de la madrugada, estás en la parada de la guagua esperando. No hay nadie contigo. De repente, aparece una figura que camina directamente hacia ti. No te asustas porque supones que es algún vecino que también quiere ir en la guagua. Esa persona, que finalmente no conoces de nada, se acerca a ti y se sienta justo al lado, tan cerca que hasta se ha sentado sobre tu chaqueta. ¡Te asalta la duda de si querrá robarte la cartera o el móvil!»
¿Cómo ha reaccionado tu cuerpo ante esta situación? ¿Se ha tensado? ¿Has llevado la mano al bolsillo para proteger el móvil? ¿Has agarrado con fuerza el bolso? ¿Te has separado unos centímetros de esa persona y te has puesto a mirar hacia otro lado? Esto amigos míos, son algunas de las señales de apaciguamiento, de calma, también llamadas de estrés, que solemos hacer las personas. Otra opción es imaginarte encerrada en un ascensor de 1 metro cuadrado con 5 personas más que no conoces de nada…
Conocer este tipo de señales y, sobre todo, saber reconocerlas en nuestros perros, nos puede ayudar a reconocer cuando nuestros perros se encuentran ante una situación que consideran amenazante. ¡Recuerda que estas señales son parte de lenguaje corporal defensivo de tu perro!
¿Cómo identificar las señales de calma de los perros?
Algunas de las señales de calma más habituales son: girar la cabeza, desviar la mirada, girarse, lamerse el hocico, inmovilizarse, andar con movimientos lentos, bostezar, olisquear, dar un rodeo, mover la cola…
Muchas veces nos sorprendemos cuando nuestro perro gruñe a otro o le lanza un bocado de aviso. Estas señales son fáciles de observar, pero si hubiéramos estado atentos probablemente hubiéramos detectado antes de eso alguna señal de apaciguamiento. Si somos capaces de detectar cuando nuestro perro está empezando a tensarse, nos será mucho más fácil evitar conflictos.
¿Para qué más sirve conocer este lenguaje?
Siempre que estamos con perros, especialmente en los primeros contactos, podemos hacer una declaración de nuestras intenciones. Decirles algo así como “podemos comunicarnos, no quiero conflictos”. Para enviar este mensaje tan sólo tenemos que intentar reproducir algunas de esas señales: movernos despacio, evitar movimientos bruscos; evitar el contacto visual directo desviando la mirada; quedarnos inmóviles; aproximarnos describiendo una curva (nunca ir directos); realizar una conducta paralela para desviar su atención (leer, escribir, mirar el móvil, etc.), etc.
¡Pongamos unos ejemplos prácticos!
Observa detenidamente las siguientes imágenes y describe lo que ves. Más abajo encontrarás la explicación.
Solución del ejercicio:
En la primera imagen vemos la interacción entre dos perros. El de la derecha está bastante tenso y tiene la mirada fija en el perro de la izquierda. ¿Y qué hace el perro de la izquierda? Está de lado, evitando mirar directamente al otro perro y se lame el hocico, tres señales de apaciguamiento claras con las que intenta rebajar la tensión de la situación.
En la segunda imagen vemos a una persona saludando a un perro, acercando la mano desde arriba (algo muy incómodo para la mayoría de los perros). ¿Qué hace el perro? Se agacha y se lame el hocico. Dos señales de apaciguamiento que nos están indicando que es una situación incómoda para él.
¿A qué es un tema muy interesante? Si quieres saber un poco más sobre este tema, ya sabes «El lenguaje de los perros. Las señales de calma.» de Turid Ruggas. Sin duda un libro 100% recomendable. ¿La pega que yo le pongo? Que es un libro demasiado pequeño; como decía, apenas 50 páginas. Y para los que nos gusta leer se nos queda muy corto… 🙁